Como cuna del ajo braguetero,
siempre ha sido conocido
Fuencaliente,
pues lo guisa, con un arte su gente,
que se queda prendado el forastero.
No sólo lo consigue el cocinero,
también tiene la culpa un
ingrediente,
los tasajos, curados sabiamente,
le dan ese sabor tan placentero.
Lo más importante en la receta,
es que el agua, ni sea mucha ni sea
poca,
porque la gracia no será completa,
si por descuido, en esto te equivocas,
pues ya no cae la gota en la bragueta,
cuando acerques la cuchara a la boca.
Guillermo Gutiérrez