Donde se encontró la Virgen,
siempre fue
desaprobado
que se
bañara la gente,
por ser un
lugar sagrado.
Pero cuenta la leyenda,
que en
romería, había llegado
una mujer
con su hija,
y el
precepto había ignorado.
A pesar de la advertencia
que los
demás le habían dado,
la mujer bañó a la niña,
y por
cometer pecado,
le sobrevino
un castigo
que no
hubiera imaginado.
Resulta, que bajo el chorro,
donde la
hubo bañado,
se empezó a
fundir de pronto,
y por
haberla ayudado,
en manos de
la mujer
la melena
había quedado.
Y durante muchos años,
en un lugar
destacado
estuvieron
los cabellos,
donde fueran
admirados,
para recordar a todos,
que en el
lugar señalado
nadie se
debía bañar,
o saldría
muy mal parado.
Guillermo Gutiérrez
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